viernes, 4 de enero de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LOS NEOGURÚS



¿Saben ustedes lo que es un amarre? Yo que toda la vida he estado creyendo que era algo así como la acción de amarrar con cadenas o cuerdas una barca o barco en un puerto, cuando se llegaba para fijarlos ante el oleaje; pues ahora descubro que, además de eso, tiene una significación o acepción más profunda para otros, muy de moda por cierto.

Consiste en que un fulano o fulana, desde la distancia, puede conseguir que un hombre o mujer quede cautivo o cautiva y bajo el domino y la voluntad del uno sobre el otro, por la acción indirecta de una tercera persona que autoproclama sus poderes, para la consecución de estos objetivos.

No sé qué clases de pócimas, conjuros, hechicerías y demás invocaciones a todos los dioses o espíritus o astros habrá que realizar para conseguir tan excelsos resultados, dado que estos maestros de la añagaza garantizan resultados a todo mal que padezcamos al 100 por cien.

Lo paradójico es que las mismas personas que por medio de sus tratamientos, tan necios como ridículos, no sólo se dedican a "secuestrar la voluntad del otro", sino que también tienen la facultad de limpiar, o lo que es lo mismo, quitar el amarre al sujeto inhibido en su voluntad.

El caso es que, en la actualidad, nos encontramos con ejércitos de longanizas de este tipo que, además, nos pueden proteger contra el mal de ojo, contra la depresión o curar enfermedades crónicas, permiten recuperar a la pareja, a encontrar o mantener el puesto de trabajo o, incluso aumentar la potencia sexual.

Vamos, que con la llegada de esos mendas, con misión tan importante en el mundo actual, han sustituido a aquellas encantadoras señoras de pueblo, con mirada aviesa y desconfiada, con zapatillas de orillo, enlutadas desde la pañoleta en la cabeza hasta las medias y con vetusta toquilla sobre los costillares; que eran capaces de sacar el sol de la cabeza a los que habían perdido salud por haberles echado mal de ojo. El procedimiento que utilizaban lo contaré otro día.

A lo que iba: Estos videntes que ya forman parte del paisaje cultural de la cartelería de las paredes y mobiliario urbano de nuestras ciudades, deberían haber avisado con antelación suficiente al Sr. Zapatero de que se avecinaba una crisis de dimensiones descomunales y no esperar a que la crisis le golpeara en los mismísimos morros a nuestro ex -presidente e hiciera añicos a su propio partido.

Claro, que de haberle avisado, ahora ellos tendrían menos trabajo, pues ahora tendrán 6 millones de potenciales clientes.

Siguiendo con la argumentación, como quiera que la experiencia debe ser una aliada en el sendero de nuestras vidas para no cometer los mismos errores, estos notas deberían entrar en contacto con Sr Rajoy, o mejor aún, el Sr. Rajoy con ellos, y que se deje de las tonterías esas del déficit, de Bruselas, del Fondo Monetario Internacional y demás monsergas en las que está sumido él y su gobierno.

Doy por supuesto, también, que la comunidad científica podría seguir el mismo camino y dejar paso a estos nuevos maestros, a los que no les son necesarios echar los hígados en los laboratorios, con lo que el ahorro sanitario y de investigación serían tan importantes que nos permitiría salir de la crisis, que al final parece que existe.

Tal es a mis ojos el carácter de la época presente, tal es también la incultura dominante en nuestro pueblo. Eso que hoy llaman crisis de valores, pero que nadie sabe definir cuáles son los valores que realmente están en crisis, ni siquiera qué se entiende por valores.

Lo únicamente cierto es que no sólo estos brujos, hechiceros, horoscopofílicos, echadores de cartas, salen hoy desde debajo de las piedras, sino que les dan cabida en los medios de comunicación, (especialmente las televisiones), invadiendo nuestra existencia y alimentando falsas esperanzas entre los más castigados por los reveses de la vida.

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2 comentarios:

andres rueda dijo...

Bien dicho querido amigo... por cosillas como estas se movieron revoluciones...la RUSA, LA FRANCESA...
Aquí con que sean coherentes y la justicia sea igual para todos, como dice nuestra carta Magna, ya seria sufuiciente
No obstante, todos esos políticos, asesores, banqueros.-..etcc...no estaría mal que ademas de regresar sus ingresos atípicos , nos dedicaran unos años de trabajo gratuito, en beneficio de nuestras ciudades y montes....
Feliz año

Liz dijo...

Genial...