martes, 5 de marzo de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LA INVOLUCIÓN DEL HOMBRE ACTUAL


ANTONIO CAPEL www.galeriadeartelazubia.com

Decía Plinio en su Historia Natural que no hay nada cierto más que la incertidumbre, y nada más soberbio que el hombre.

La facilidad y la bonanza económica de la que hemos venido disfrutando, durante mucho tiempo, no nos ha hecho reparar que no hay bien, ni razón ni gloria que no tenga siempre su contraria.

La facilidad y la permisividad en las familias y en la escuela ,con la que se han educado varias generaciones han dado como fruto la falta de esfuerzo y que en nuestros espíritus en momentos tan importante de nuestra historia, como los que estamos viviendo, se engendren hartazgo, poca capacidad creativa y generativa de ideas, y así, nos encontramos frecuentemente con gentes que, incluso conducen la vida pública, profundamente mediocres, torpes, toscos, estúpidos, cansados y medio atontados.

No hemos sabido transmitir que la dificultad es lo que da valor a las cosas conseguidas y que para superar las dificultades es necesaria la perseverancia, pues de lo contrario viviremos instalados más en la reivindicación que en la generosidad, en la exigencia que en la comprensión o en la indiferencia que en la crítica y autocrítica.

No hay nada que agudice más el ingenio que la dificultad y la escasez. Dos circunstancias que nos han llegado prácticamente de la noche a la mañana sin que haya existido más falta por nuestra parte que el jugar a ser todos ricos con poco esfuerzo. Juego que, sea dicho de paso, nos han enseñado los banqueros y el propio sistema financiero, con el apoyo y el ejemplo de nuestros dirigentes.

El propio sistema ha ido empujando al hombre a no saber distinguir lo prescindible de lo imprescindible, hasta tales extremos que hemos llegado a no valorar y pasar por alto todo cuanto está a nuestro alcance, para correr tras lo que no se tiene hasta alcanzarlo, y valorarlo sólo cuando se pierde. Ya lo decía Machado: "se valora lo que se pierde".

Y así, cuando perdemos la salud, tanto más fuertemente nos abrazamos a la vida con más apego y hasta esta se ve de otra manera, pues es la propia naturaleza la que se encarga de bajarnos del pedestal de barro; lo mismo sucede cuando vemos peligrar nuestros bienes y tememos vernos privados de ellos. Vamos, como si cuando muriéramos pudiéramos llevarlos adheridos en la caja de difunto.

El hombre actual ha llegado a tal estado de desajuste existencial, que cuando se ha visto privado de sus ficticias posesiones, pues en la inmensa mayoría de los casos pertenecía a la usura bancaria, no ha llegado a comprender el verdadero sentido de su existencia. se ha visto embargado por la angustia, la desesperación y la impotencia más extrema.

No nos han enseñado el sentido de la vida, del hombre y de su finalidad en el mundo; por el contrario, nos han dirigido por las veredas que conducen a la esclavitud de un sistema que hoy hace aguas por todas partes.

José Luis Pinillos, Miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas en su libro "La mente Humana" justifica que nuestra evolución espiritual se encuentra en estadíos muy primitivos y que nunca ha ido de forma paralela en su desarrollo a lo empírico y a lo tangible.

Cuántas cosas ven nuestras almas sin percibirlas, cuando tenemos la mente ocupada en asuntos plenamente relacionados con lo material, con lo racional y lo pragmático.

Hoy día, existen teorías que aseveran, que a pesar de los vertiginosos avances técnicos-científicos del hombre actual, su proceso involutivo es un hecho contrastable por su menor capacidad de adaptación al medio que es cada vez más lenta y menos intuitiva ante la adversidad.

Se ha llegado a decir que si pudiésemos extrapolar a un hombre de nuestra época, de un coeficiente intelectual medio, a la época clásica griega este sería el tonto del pueblo; y a la inversa, si viviera hoy entre nosotros un hombre con coeficiente intelectual también medio de la época helenística, sería el mayor de los superdotados.

No deja de ser una teoría, pero a mí me basta con acercarme a Demóstenes y compararlo con cualquiera de los parlamentarios del planeta para sacar mis conclusiones.

Claro, que ya hemos procurado que cuando se hable en la escuela de Demóstenes, Sócrates, Platón o Eurípides, por ejemplo, nos digan los alumnos que a ellos les trae al pairo esos tíos muertos.

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3 comentarios:

Marinel dijo...

Tienes razón, hemos ido dando pasos de cangrejo...
Siendo sincera,me van faltando las ganas de hablar de este tema que me produce tanto malestar.
Casi preferiría estar en aquel entonces griego.
:(
Besos.

María Jesús dijo...

Hola, totalmente de acuerdo.
Felicidades por el blog.

Anónimo dijo...

Jugadores de futbol super millonarios y cientificos sin presupuesto para investigaciones, que recurren a grandes compañías las cuales se quedan con sus publicaciones.