martes, 16 de abril de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL TERRORISMO EN EL MUNDO ACTUAL



Una vez más ha hecho acto de presencia el terrorismo en el mundo occidental, una vez más el miedo se ha apoderado de la población estadounidense, una vez más los terroristas han conseguido su propósito de amedrentar a la ciudadanía del mundo entero, cuando miles de corredores de la maratón más antiguo del mundo, en Boston, se han visto sorprendidos por dos bombas de fabricación casera que han estallado al llegar a línea de meta, creando de esta manera la desolación, la barbarie, el pánico, la confusión y el espanto entre millares de personas. El resultado es de tres personas muertas (entre ellas un niño) y más de 100 heridos, por el momento.

Hoy las guerras convencionales se les deja a los países que viven inmersos en la miseria, las guerras en plan bestia al zangolotino de Corea del Norte, Kim Jong-un y las guerras más monstruosas y crueles a los terroristas, por atentar contra la población civil, contra los más inocentes que nada o poco tienen que ver con políticas de estado. Son las que han descubierto la manera de matar, de destrozar, de arruinar y de aniquilar las vidas humanas más inocentes, como una pomposa prerrogativa que tienen los gobiernos o grupos armados, para hacerse oír en sus reivindicaciones sociales, políticas o religiosas.

Nosotros, los españoles, desgraciadamente, hemos sido víctimas durante muchas décadas del terrorismo de ETA, de los GRAPOS y últimamente del terrorismo islámico con el 11. M. A las demás naciones, incluyendo a nuestros vecinos, este salvajismo criminal e impío les resultaba hasta hace muy poco tiempo como algo alejado de su realidad, basados en el principio de que los males ajenos no han de dolernos tanto como los nuestros.

Sin embargo, ese mismo día (el pasado lunes) en Irak veinte personas resultaron muertas y más de doscientas heridas en ataques terroristas perpetrados en el país, siendo esto una constante en el mundo árabe. ¿Qué hemos hecho toda esta gente inocente para merecer esto? ¿Nuestras vidas no significan nada?, decía indignado un comerciante iraquí.

Quizá, en este momento en que los medios de comunicación han ofrecido las imágenes del terror y del espanto, obsevando el padecimiento de miles de personas que se encontraban muy lejos de aquí, signifique el instante en que nuestras almas se inicien en una nueva sensibilidad contra estos carniceros de niños, ancianos o gente de bien que no han hecho absolutamente nunca mal alguno. Tan sólo estar en el lugar inadecuado cuando estos asesinos pasaron por allí.

Cuando los medios de comunicación hablan de asesinatos viles y cobardes, no andan descaminados, pues la actitud de dureza de corazones malvados e inhumanos, de ordinario, van acompañadas de actitudes de debilidad. Así en sus pretensiones de vencer y doblegar a los que consideran enemigos, ejecutan sus actuaciones más con seguridad que con honor, por eso huyen; y persiguen más el fin que la gloria, por eso tampoco les vemos sus rostros y se esconden.

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3 comentarios:

Jesús Amaya dijo...

Pedro, cuando al colocarnos ante la pantalla de la caja de la persuasión oculta-la televisión- que de tonta no tiene nada; si ya nada nos conmueve, ni siquiera nos interpela la retransmisión de la guerra en directo-la de Irak, por ejemplo-, ni tan poco nos hoorriza asistir a un asesinato en directo, es cuando me viene a la memoria el texto de una pintada que aparecíó en la fachada de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada cuando yo estudiaba allí:

"Que paren el mundo, que yo quiero bajarme".

Siento verdadero asco de las instituciones oficiales que se dicen a sí mismas ser las defensoras del orden internacional, nacional y local sin cumplir con su obligación social; me horroriza el grado de violencia que veo a diario en el patio de la escuela, incluso-a veces- dentro del aula, en fin,...para qué seguir.

Yo vivo asido a las palabras de Fernando Pessoa " Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar solo" y trato de sobrevivir en este mundo de desvergüenza generalizada.

Un abrazo.

Jesús

Jesús Amaya dijo...

Pedro, cuando al colocarnos ante la pantalla de la caja de la persuasión oculta-la televisión- que de tonta no tiene nada; si ya nada nos conmueve, ni siquiera nos interpela la retransmisión de la guerra en directo-la del Golfo, o la de Irak, por ejemplo, con la aquiescencia de nuestro D.José María Aznar-;

cuando tan poco nos horroriza asistir a un asesinato en directo, ni tampoco nos sorprende el caso de Marta del Castillo;

cuando en esta España de chorizos en los medios de comunicación el "tal" Morcillo no tiene problema en admitir que él asesinó a Brouard, etc...,

cuando en esta España en ¿crisis? la noticia de alcance es la Pantoja;

cuando la página cultural de teta, culo y pís de Tele 5 es lo más visto entre los televidentes-meduda palabreja-, etc, etc, etc...


...es cuando me viene a la memoria el texto de una pintada que aparecíó en la fachada de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada cuando yo estudiaba allí:

"Que paren el mundo, que yo quiero bajarme".

Siento verdadero asco de las instituciones oficiales que se dicen a sí mismas ser las defensoras del orden internacional, nacional y local o cuidadoras de la educación de nuestros niños, sin cumplir con su obligación social y mora.

Me horroriza el grado de violencia que veo a diario en el patio de la escuela, incluso-a veces- dentro del aula, en fin,...para qué seguir.

Yo vivo asido a las palabras de Fernando Pessoa " Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar solo" y trato de sobrevivir en este mundo de desvergüenza generalizada.

Hago mío el poema Oración de Luis García Montero:

A vosotros,
que cortáis la manzana de la muerte
con el anonimato de una guerra,
os pido caridad.
Por un Dios
en el que jamás he creído.
Por una Justicia
de la que desconfío.
Por el orden de un Mundo
que no respeto.
Para que renunciéis a vuestra guerra,
yo renuncio a mis dudas,
que son parte de mí
como la luz amarga
es parte del otoño.
Y escribo Dios, Justicia, Mundo,
y os pido caridad,
y os lo suplico.

Un abrazo.

Jesús

Kitesurf Andalucía dijo...

Y lo peor es la cantidad de guerras que hay ahora mismo en el mundo, que se convierten en atentados contra civiles, unos contra otros, como si de un partido de tenis se tratara y esa bola fuera la bomba de turno. Ahora está en un campo, y luego en el otro. Somos siempre ajenos a lo que pasa en el mundo, hasta que nos toca. Seguro que en Boston no se imaginaban algo así, pero en Irak o en Egipto, por ejemplo es algo que ya esperan, cotidiano y terrorífico...