viernes, 13 de mayo de 2011 | Por: Pedro López Ávila

TRÉBOLES DEL PENSAMIENTO

Pedro Roldán - http://www.galeriadeartelazubia.com/

No me preocupo tanto de cómo soy para los demás  como de cómo soy para mí. Quiero ser rico por mí mismo, no de prestado. Los extraños sólo ven los acontecimientos y las apariencias externas; cada cual puede poner buena cara de puertas afuera, estando lleno por dentro de fiebre y espanto. No ven mi corazón, sólo ven mi compostura.
Michel de Montaigne.  (1533-1592)

Raramente me arrepiento y mi conciencia se contenta consigo misma, no como la conciencia de un ángel o un caballo, sino como la conciencia de un hombre.
Michel de Montaigne.(1533-1592)

Es verdad: nosotros amamos la vida no porque estemos habituados a vivir, sino porque estamos habituados a amar.
Así habló Zaratustra. Nietzsche  (1844-1900)
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1 comentarios:

Jesús Amaya dijo...

Pedro,cuántas veces me he dicho cara a cualquier espejo que me devuelve mi envoltura externa, cúantas veces me debato entre el lenguaje de mi corazón y mi compostura, cuántas luchas para mantenerme entre mi conciencia de hombre vivo y conciencia de ángel y caballo...

...esta madrugada, sin haberme acercado a tus "TRÉBOLES DEL PENSAMIENTO" finalicé el poema que te dejo:

Una forma de amarte,
ya resuelta la terrible espesura,
es no contemplar tu semblante
y decir que tu nombre
es el tiempo de una tarde cualquiera,
una historia convulsa de ausencias,
un vértigo de amor traspasado.

Cuando todo ha sucedido
ojalá que sólo sea cierto
el silencio de la tierra.
Como si el tiempo no esperara
vengo a pedirte urgentemente que vuelvas,
que sin ti nada es igual,
que todo es ayer,

porque alguien como tú,
libre como la verdad en sí misma,
con sólo tu presencia justificas la esperanza
que sostiene mi único poema.

Un fuerte abrazo.
Jesús Amaya