sábado, 28 de diciembre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LA CIUDADANÍA Y EL BANCO DE ALIMENTOS

Artículo publicado el pasado viernes 20 de diciembre en Ideal.



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miércoles, 20 de noviembre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

SE ACABÓ LA CRISIS




El Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en su defensa de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso dijo: "hoy podemos decir que no sólo hay luz al final del túnel, sino que se atisba la salida del túnel de la crisis económica de España".

Por el contrario el Jefe de la Oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, le respondió, con ceño adusto y severo: "para muchos españoles, lo peor está por llegar".

Yo que me siento demasiado mal instruido, sobre temas relativos a la macroeconomía o la microeconomía y por tanto carezco de autoridad para ser creído (ya que nunca he sido jefe de la oposición o ministro), no tengo más remedio que creérmelos a los dos; pues, si algunas luces tuviera en esta materia, no podría emplearlas mejor que para hacer de ellas un presente a todos los españoles, que estoy seguro me agradecerían mucho. Especialmente los seis millones de españoles que se encuentran en la situación de desempleo.

Menos mal que, en medio de este follón, ha aparecido en escena Bill Gates, el hombre más rico del mundo que, sin esperar a la época de rebajas, invierte el 0.2% de su fortuna en F.C.C. No sé, a ciencia cierta, si para entretenerse un poco a ver qué pasa, o como una valerosa acción de solidaridad con el pueblo español y crear confianza entre los inversores. ¡Bienvenido, Míster Gates!

Y a todo esto, 15 empresas alemanas ofrecen formación y empleo a parados granadinos. Pues nada, a formarse a Baviera, ya que aquí (en Granada) se han quedado sin plaza 4000 jóvenes, porque nuestro sistema educativo no puede atender tanta demanda de ciclos formativos que les garanticen un futuro. Y la mano de obra cualificada también para Baviera que para eso somos "hermanos", aunque los hayamos formado nosotros con los impuestos que paga la ciudadanía española.

Pero, como aquí ya se ha acabado la recesión, pues pajaritos con su madre. Que no lo dice cualquiera, que lo comunica el Banco de España que vuelve a "atisbar" otros brotes verdes. Por supuesto, que ahora no se llaman brotes verdes se llama "el final del túnel"; o para ser más preciso, en lenguaje del SR Montoro: "periodo de inflexión".

Así ,muchas veces se oscurecen los juicios originarios, falsificándolos para adaptarlos al público con un lenguaje cargado de eufemismos, que sólo sirve para asustar a los niños de la E.S.O.

También Emilio Botín en New York, afirmó que vivimos un "fantástico momento para la economía española" y aseguró que "ahora llega dinero de todas partes". "Todo el mundo tiene ahora interés en invertir en España".

Tantas declaraciones e interpretaciones del momento económico actual lo único que consiguen es disipar la verdad y destruirla.

Porque, en verdad, para hacerme entender sin ningún tipo de rodeo, lo que debo decir que observo es todo lo contrario: que cada vez aumenta más el número de desempleados en nuestra comunidad. Así de claro. Y ya está. Y si hablamos de Granada, ésta se convierte en la tercera provincia del país con más población sin trabajo, con un 39% de la población de brazos cruzados.

Y mientras tanto, siguen los desahucios, más pedigüeños por las calles, recortes por aquí y por allá, gente que no tiene nada que llevarse a la boca, comerciantes desolados, porque el crédito no fluye, el consumo paralizado… Eso sí, ellos subidos en elefantes cartagineses.

¡Ah, Sr. Wert! Que dice Obama que "si piensas que la educación es cara, espera a ver cuánto cuesta la ignorancia".

PEDRO LÓPEZ ÁVILA

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miércoles, 6 de noviembre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

OBAMA Y LA VIEJA DEL VISILLO




Muchas veces, cuando se habla con la familia, amigos o allegados se tiene la creencia de que hay determinadas cosas que no se deben decir por teléfono. De ahí que en determinadas ocasiones cuando uno está realizando algún comentario que se corresponda con la intimidad sea frecuente el decir: "bueno, ya hablaremos, que estas cosas no conviene hablarlas por este medio". Sin llegar a estados paranoicos resulta que cuando oímos algún pequeño ruido en la línea que perturbe la conversación solemos decir con socarronería que tenemos pinchada la línea para que la conversación derive hacia otro lado.

Esto, que no es nada nuevo, pues, en verdad, la condición humana está sometida a la curiosidad y a la pasión golosa. Estamos tan ávidos de noticias con tanta indiscreción e impaciencia que perdemos toda compostura para ocuparnos antes de una conversación en un cruce de líneas que de la nuestra propia, vicio, por otra pate,  muy contrario a la indolencia. Yo he visto a hombres que después de múltiples citaciones para acudir a organismos oficiales que no se entretienen en abrir una carta o descolgar un teléfono por reiteradas veces que oigan el sonido del mismo.

Con el avance de las nuevas tecnologías,  hemos pasado del teléfono fijo al movil, al skype, al whatsapp o email, en las que las conversaciones son mensajes y no sólo quedan registradas, sino que puede saberse la localización milimétrica en la que se encuentran los interlocutores. Estamos cayendo en unos terribles, gravísimos, problemas para que nuestra intimidad quede indemne.

En este estado de cosas, hemos llegado a tal grado de inseguridad que  en la actualidad tienen más conocimiento de nosotros las grandes compañías, los gobiernos e incluso organizaciones mafiosas, por ejemplo, que cualquiera de sí mismo.
 Claro que ahora, a los que les aprieta el zapato es a los propios gobiernos. Que sepamos, por dar algunos datos significativos, en 2012 la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos interceptó, en un mes, 60 millones de llamadas telefónicas a ciudadanos de España. ¿Quién sabe, Juande, si alguna podrían haber sido tuyas o mía? Que estamos hablando de un mes solamente.

Uno, que se siente poco importante en este perro mundo, podría darse la casuística de que, aunque fuera por error, los americanos pudieran conocer algún pecadillo venial que hubiera cometido al hablar telefónicamente. Pero bueno, lo verdaderamente dantesco es que, ni más ni menos que la mandamás de Europa, Angela Mérkel, podría haber sido objeto de estos pinchazos telefónicos desde 2002, de la misma manera que numerosos líderes europeos, jueces, fiscales, periodistas, El Vaticano y hasta la propia "vieja del visillo", que ya es un decir...

Sin embargo, lo que más me sorprende de todo esto es que el señor Obama no sabe nada de esto, o como se dice ahora, no tiene constancia de nada. No sé a ciencia cierta cuál será la reacción de la susodicha "vieja del visillo", ella que tiró de la manta del caso Wikileaks, que destapó los casos de corrupción de "los Roñeras" y fue pieza importante en el descubrimiento del escándalo del Watergate contra el presidente Richard Nixon, podría haber sido también objeto de contraespionaje. Sin embargo tiene la ventaja de que ella no utiliza email, whatsapp, skype o no dispone de línea wi-fi, sino que todo lo lleva en la cabeza, con lo que es más probable que no haya sido escuchada por Obama sobre secretos de estado que ella muy bien conoce.

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miércoles, 23 de octubre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

INTERRUPCIONES PARLAMENTARIAS


Antonio Guzmán Capel - Silvia - www.galeriadeartelazubia.com

Nada puede concebir la imaginación humana ni para bien ni para mal que en ella no se encuentre. Y es que el pasado 10 de octubre tres mujeres en top less, pertenecientes al grupo FEMEN, irrumpieron en el Congreso de los Diputados y al grito de «aborto es sagrado» interrumpieron la sesión parlamentaria con sus reivindicaciones a favor del aborto.

Por supuesto, que no voy a enzarzarme con nadie en este tema tan controvertido, cuya casuística es tan amplia y extendida por todo el mundo como antigua y dramática; hallándonos (en función de las circunstancias) con opiniones morales, éticas, religiosas y científicas encontradas de la manera más radical.

Sin embargo, lo que me llama la atención es el cambio que se producen en las costumbres; y así, se ha pasado a interrumpir las sesiones parlamentarias desde bigotudos morlacos uniformados, pistolas en mano, al mando de otros también uniformados con metralletas, a señoritas de muy buen ver con los pechos desnudos y muy sugerentes de su buen estado de salud, aunque de humor no parecen que anduvieran muy sobradas, a juzgar por la expresiones de sus rostros.

No sería mi deseo que nadie leyera más allá de lo que quiero decir, pues es evidente que no trato de comparar un acontecimiento con el otro ni en su gravedad ni en su naturaleza. Además, es incuestionable que unos intentaron secuestrar el Parlamento español y otras intentaron defender sus intereses ‘sagrados’ a abortar. Aunque entiendo que sagrado y aborto son dos términos semánticamente incompatibles, ni siquiera desde un esfuerzo retórico o del lenguaje coloquial tendrían cabida estos dos vocablos unidos ; es decir, sagrado como atributo de aborto; pero bueno, lingüistas tiene la iglesia.

Lo que sí parece que queda claramente documentado es que el presidente del Congreso, absorto y perplejo ante el inusitado festoneo que se había originado en lugar tan original como inapropiado, con tono de voz solemne y actuando como bienhechor tomó sus prevenciones y dijo: «Procedan con precaución».

Algunos diputados reaccionaron demasiado tarde al griterío de estas inesperadas visitantes, pues me parece a mí que el sentido del oído fue más retardado que el de la vista, y sólo se oyó una voz masculina que dijo: «Fuera», cuando estas fueron reducidas y expulsadas.

Otro tanto también podría decirse con respecto a los que aplaudieron a estas ilustres visitantes al Congreso, cuando estas jóvenes activistas del feminismo fueron desalojadas, y no mientras mostraban sus torsos al descubierto.

Mal, mal, lo que se dice mal, está, porque corresponde a nuestros representantes parlamentarios la defensa de las distintas causas sociales, políticas o económicas de la ciudadanía, que son los que han sido elegidos por el pueblo de forma legítima para defender sus intereses. Nos guste o no.

Lo que sucede es que si algunos grupos sin representación en el Congreso deciden montar estas algarabías, se debe a que producen más impacto estas señoritas semidesnudas tan afortunadas por la naturaleza, que no enfundadas en bata de boatiné, con toquillas de croché o punto cruzado y zapatillas de orillo.

Claro que, como todo tiene su contrapartida, luego no deberían quejarse demasiado estas feministas de la utilización que se hace de la imagen indigna de la mujer como reclamo publicitario, por parte de algunas marcas, porque yo sí me quejo.

Artículo publicado en diaro IDEAL el 23/10/13

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lunes, 21 de octubre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LA VENTA DE NIÑOS II


Maribel Alonso - Hansel y Gretel - http://www.galeriadeartelazubia.com

Siempre he dudado mucho de que la venta de niños en España fuera una estructura perfectamente organizada y de que no fueran casos vagamente focalizados en distintos puntos de nuestra geografía.

Por eso en un artículo que publiqué en IDEAL DIGITAL, entendía que existían mafias organizadas, pero que actuaban de forma autónoma, sin conexión alguna, y en las que podrían haber actuado como participes (directos o indirectos) distintos miembros de instituciones políticas, religiosas, de la propia judicatura y de la Sanidad Pública o Privada.

Desde luego, que después de ver los testimonios de madres, hermanos e hijos en un programa que ha emitido la Cadena Tele 5, acompañado de un documental que a mi parecer es serio y riguroso, y basándome para ello en las propias declaraciones de los afectados tengo que expresar que la justicia está jugándoles una mala pasada a estos damnificados de la moral imperante en la época.

Después de escuchar a un grupo de madres, cuyos hijos les fueron robados de la manera más infame, inmisericorde y engañosa, me sobrevino a la cabeza la interrogante que se infiere de las evidencias: ¿Cuántos casos no habrán sido denunciados por las madres de los hijos que les fueron arrebatados de sus brazos en las mismas o parecidas circunstancias, pero que no han sido denunciados por vergüenza social, ante la duda tras haber pasado muchos años o por cualesquiera otras motivaciones?

Se buscaban niños no sólo en una maternidad religiosa de Madrid, sino también en hospitales públicos y de toda España, en los que el dinero y la adopción eran una misma cosa.

Lo que me entristece, me escandaliza y me llena de vergüenza es que la trama tiene en la actualidad una vertiente, tal vez, profundamente oscura y de presuntas responsabilidades económicas incuantificables que, seguramente, conseguirá que esto se olvide en muy poco tiempo, excepto para aquellas personas que fueron objeto de actitudes tan viles como cobardes; pues, de lo contrario ¿Cómo es posible que no se les facilite a los afectados el acceso a los libros de registro de nacimientos y defunciones para disponer así de toda la documentación que permita encontrar a los hijos, padres o hermanos de estas víctimas?

Vivimos con el sentimiento vacío. Todo lo que no nos afecta personal y económicamente es como si no fuera con nosotros.

Después de todo el despliegue mediático que se ha hecho y se sigue haciendo sobre los niños robados, tan sólo asistieron a la manifestación convocada en Madrid el pasado sábado unas 200 personas, venidas de todas partes de España para reclamar justicia.

Así todo seguirá con el sobreseimiento de los casos y la frustración por vida de personas que jamás encontrarán su identidad, porque un día fueron mercancía muy lucrativa para algunos y como consecuencia han perdido la memoria y los archivos.

Otros, desde foros muy humildes, seremos fieles con la memoria y continuaremos recordando como determinadas instituciones en connivencia con el dinero les arrancaban una parte de su carne a muchas madres en nuestro país.


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martes, 8 de octubre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

RECORTES Y DEUDA


Antonio Guzmán Capel - www.galeriadeartelazubia.com

Ayer leía en la prensa local como una mujer tuvo que dar a luz frente a una clínica mexicana, en plena calle, por negarse el hospital al que acudió para atenderla a prestarle la ayuda necesaria, a pesar de que los médicos comprobaron que su estado de dilatación era suficiente para iniciar el parto.

Verdaderamente, no dispongo de las claves suficientes para conocer los motivos que guiaron a esos médicos a situación tan deplorable, tan impía, tan falta de caridad y humanidad, para que la pobre Irma (así se llama esta madre) tuviera que dirigirse a la zona ajardinada del hospital en compañía de su marido y, entre gritos de dolor, diera a luz ante la mirada atribulada de este y viandantes.

No sé por qué razón me viene a la cabeza, aunque probablemente no tenga nada que ver, como nuestro sistema sanitario está comenzando a hacer aguas, con los penosos recortes que nuestro gobierno está ejecutando en la sanidad pública.

Por ejemplo, las listas de espera a pacientes de enfermedades, que podrían ser consideradas como graves, nos conducirían a que cuando llegue el turno se pase al siguiente, porque sería posible ya haber pasado a mejor vida; los medicamentos que se recetan no son de última generación o los más eficaces para cada caso en concreto; algunos enfermos crónicos o de cáncer no pueden siquiera hacer frente al copago que supone cada receta ante la situación económica que atraviesan.

Así podríamos realizar un largo recorrido por nuestra país y observar las continuas muestras de protestas que, prácticamente todos los días, realiza el colectivo médico con sus más que legítimas reivindicaciones en defensa de otro modelo público de sanidad que no hace tanto tiempo era considerado el mejor del mundo.

Es verdad, que no debemos caer en la demagogia de no observar el mundo en su globalidad, y la profunda interrelación e interdependencia económica más calamitosa, en la que han caído muchos países, han provocado que pueblos enteros se hayan visto sumergidos en el lodo más oscuro que jamás pudieran haber imaginado.

Para entender un poco mejor este sistema habría que decir que el dinero en papel que circula, es decir, con el que pagamos los garbanzos en este perro mundo es un porcentaje ínfimo, y más del 90% del dinero existente en estos momentos es un dinero que yo lo llamaría virtual. Vamos, lo que antes se denominaban apuntes contables.

Así las cosas, con la cantidad de dinero virtual que debemos, es verdad que hay que restringir gastos, pues hemos construido la deuda sobre la deuda y no sobre el ahorro; por tanto, pagamos a los deudores con más deuda. Es decir, no existe dinero suficiente para pagar nuestra deuda. Una auténtica locura desde luego, pero eso es lo que hay.

Pero, Claro, lo que no puede ser es tener la tijera muy afilada para la sanidad o la educación que, a fin de cuentas, podrían ser señales distintivas hacia el progreso económico y moral de nuestro pueblo y, por el contrario, tener esas conciencias tan laxas a la hora de autoasignarse los sueldos nuestros representantes políticos, comenzando en el Parlamento Europeo y finalizando por el municipio más recóndito de nuestra geografía.

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lunes, 23 de septiembre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL PAPA FRANCISCO


MUÑOZ BERNARDO. Farol salmantino  www.galeriadeartelazubia.com

No todos los cargos importantes requieren de la misma responsabilidad, ni entrañan la misma dificultad. Más aún, me parece a mí, que no siendo yo precisamente el mejor conocedor de la Iglesia Católica y mucho menos experto en cuestiones que atañen a la teología, sea la persona más indicada para opinar con rigor sobre el magisterio pontificio del Papa Francisco.

Lo que sí me aventuro a decir es que soy persona que me doy a los asuntos que tengan que ver con el vigor y la libertad, aun a sabiendas de lo arriesgadas que pudieran ser mis opiniones.

Las distintas familias que componen la cúpula eclesiástica, en cuanto a la forma de entender el evangelio, de interpretarlo, de asimilarlo o de comprenderlo, según haya sido su cultura o su formación, hablarán ahora de inmovilismo eclesiástico o de los revolucionarios cambios que se avecinan, sobre todo a raíz de las declaraciones realizadas por Jorge Mario Bergoglio al Director de la revista Cività Cattolica.

Desde luego tengo que decir que desde mi parecer todo el mundo debería conocer esta importantísima entrevista, difundida por la revista Razón y Fe, el concepto que tiene el Papa Francisco del mundo actual y el camino que deben seguir los católicos: "busquemos una iglesia en la que encuentre caminos nuevos".

Esta expresión tendría poco significado por sí misma si no fuera porque forma parte de una contextualización que cada uno aplicará a su medida según convenga a hombres hechos a la suntuosidad o a la bondad.

En otros momentos de la entrevista compara a la iglesia con "un hospital de campaña en la que hay que curar heridas". Es contundente en sus comentarios sobre los homosexuales e indica que en una ocasión una persona para provocarlo le preguntó si él aprobaba la homosexualidad a lo que le respondió "dime, Dios, ¿cuando mira a una persona homosexual, comprueba su existencia con afecto o la rechaza y la condena?" También se refirió al papel de la mujer en la Iglesia dijo: "María, una mujer, es más importante que los obispos". "afrontemos ese desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer, incluso allí donde se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia".

Por otro lado, expresa rotundamente que jamás ha sido de derechas, se define como un pecador en el que "El Señor ha puesto sus ojos"; se declara como indisciplinado nato, a pesar de su vocación jesuítica y nos revela su admiración por el beato Pedro Fabro, por el diálogo que mantenía con todos, aun con los más lejanos y los adversarios.

En fin, estas declaraciones junto con las actuaciones de austeridad que deben tener todos los que trabajan para La Iglesia y que está acometiendo en su corto pontificado, comenzando por su traslado a la casa de Santa Marta, el pasear en un cuatro latas o los importantes nombramientos para la curia vaticana, podrían ser el revulsivo más importante que necesita el hombre del hoy en un mundo que se desvanece cada día más en sus facetas éticas y espirituales.

Sin embargo, los cambios en la historia no se producen de una manera brusca de la noche a la mañana, queda mucho recorrido, y al Papa, Francisco, no le van poner fácil pasar de un lado al otro de la calle. Que nadie piense que va a poner todo patas arriba, pues como él mismo dice: "yo soy de la opinión de que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz".

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miércoles, 18 de septiembre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

NUEVOS MODELOS MORALES


Josep Baqués - www.galeriadeartelazubia.com

Está el hombre tan separado de sí mismo que vive más apegado a la ingratitud que a la lealtad, a la reivindicación que a la generosidad y al empleo de medios viles y mezquinos que a al ejercicio de la bondad.

No sé, en rigor, si la educación que se recibió en el seno íntimo familiar en otros tiempos como reproducción de patrones y de valores, en los que las leyes casi podían echarse a dormir, tenga nada que ver con conductas adquiridas e inducidas por el medio en la actualidad. Es, por tanto, en la familia donde mejor se reflejan los cambios morales que se producen en la sociedad.

La sociedad de nuestro tiempo reproduce otros valores, cuyos modelos son la reputación particular y la ganancia que se obtenga, aunque se tenga que ir recorriendo caminos sutiles y tortuosos en un constante peregrinar de acumulaciones de mentiras, del cultivo del odio, y del descrédito hacia los demás, con tal de obtener algún beneficio personal.

Poco tiene que ver este ambiente emponzoñado en el que vivimos instalados, con los espacios éticos y morales que conducen al vigor, a la libertad y al camino corto y recto de la verdad, término muy denostado en la actualidad como consecuencia del relativismo moral que nos invade.

Lo importante para el sujeto es la apariencia, no su satisfacción con la realidad ni con sus actos. poco o nada le interesa al hombre actual asuntos relacionados con la vida interior, con el deber o, incluso, con la casa que le vio nacer de donde recibió sus primeras emociones y sentimientos.

La familia por unas causas u otras se ha convertido en el espacio de la reivindicación y del reproche. La unidad de medida y comparativa entre sus propios miembros, para justificar y depositar el individuo las frustraciones que recibe del exterior al hábitat que comparte y, por consiguiente, el lugar preciso en el que encuentra donde justificar su furia y sus desajustes vivenciales o existenciales.

Ni la bondad, ni el equilibrio, ni la moderación, ni la de equidad, ni la misma sangre, tienen hoy cabida en el seno del sentimiento familiar. Todo está quedando reducido a una ciega carrera perversa de vanidades y de egos en desbandada, cuyo resultado final es la ingratitud y, como consecuencia de esta, la soledad del individuo.

Quizá sea esta una de las causas intrínsecas del desmoronamiento que está sufriendo nuestro modelo occidental, pues estamos educando hombrecillos con almas tan débiles y enfermas que a la hora de enfrentarse a la dura realidad del mundo externo (tan distante del techo de la casa compartida) están más prestos a mostrar el trasero que a levantar la cabeza.

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viernes, 13 de septiembre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

MIS AMIGOS POLÍTICOS




Ideal
12 de septiembre de 2013

No soy yo de las personas que tenga muy acentuado el defecto de juzgar a los demás según sean mis creencias, como yo soy, o como interpreto el mundo. Tengo cierta facilidad en comprender modos de pensar y de sentir muy distintos a las míos y, por supuesto, formas de vida muy dispares a las que yo llevo. Incluso, tengo tendencia a entenderme mejor con los que son diferentes en sus ideologías que con los que encuentro ciertos parecidos en los principios. De ahí, que, afortunadamente, en el transcurso de mi vida haya mantenido muy buenas relaciones con muchos hombres y mujeres que han desarrollado la mayor parte de su vida dedicados a la cosa pública, aunque también he de decir que en otras épocas en que la sangre fluía con otra intensidad, es decir, en épocas más inexpertas de mi vida me costaba mucho depositar mi imaginación en el lugar de los otros.

Lo que sucede es que ha cambiado mucho el sentido de servicio público, en cuanto a la forma de entender este, pues hoy día importa más a nuestro pensamiento y a nuestras ideas lo que deseamos y nos sea más provechoso que de poner nuestro conocimiento y nuestra inteligencia al servicio de lo que verdaderamente creemos. Poco importa que se sirva o no a la verdad o como mínimo a lo prometido. Las ideas y las ideologías, que otrora conformaban las conciencias hoy se empujan entren sí, según el viento sople de poniente o levante como las olas. No importa desdecirse cuantas veces sean necesarias desde las cúpulas de los partidos, ya que los militantes y adeptos sólo deben seguir la marcha común de socorrer a sus jefes, aunque sea a base de mentiras. Claro que, como yo siempre estuve en contra de esto, me he llevado más de un sopapo que me han creado algunas averías en el alma difíciles de reparar con mis amigos políticos.

El celo por el puesto, el temor a perder las alharacas públicas de los ignorantes y los privilegios que se obtienen en las ocupaciones de cargos, empuja a nuestros rectores a que ante los desacuerdos o la crítica (provengan de donde provengan) les genere un odio furioso y demente tan desmedido y enfermizo que llegan a un estado de ceguera y atontamiento que no les permiten distinguir posibles cualidades loables que pudieran tener sus adversarios o los que opinan de manera diferente.

Así las cosas, me quedé desde hace mucho sin aquellos amigos desde el instante en que asumieron cargos y se transmutaron y se transustanciaron en nuevos seres. En resumidas cuentas, por estas experiencias poco leales, en la actualidad tengo una tendencia natural a rechazar con todas mis fuerzas esas afinidades a cabezas enfermas, para no dejarme llevar o manejar. Entiendo que de esta forma me ajusto mejor a justificar o fundamentar tanto los acontecimientos contrarios a mis pensamientos como a los más afines. Y por esa circunstancia, también, pienso que es más interesante ordenar mi vida doméstica familiar, que ya es bastante, y mantener una militancia vigilante a las ideas sin dejarme llevar por los embaucamientos. Naturalmente, que para llegar a estas conclusiones, sólo hay que tener cuarto y mitad de paciencia para darse cuenta de que los que mienten no es porque les falle la memoria, sino porque ven peligrar sus intereses, aun cuando hipotequen sus conciencias y sus voluntades.

Pero, como el tiempo es tan corto y se precipita con tanta rapidez, con medio kilo más de paciencia, uno debe esperar a los periodos electorales con el objeto de corroborar como aquellos amigos que en su día extendieron su cólera y su odio sobre mis procederes y opiniones de los asuntos públicos, cuando ocupaban invisibles responsabilidades, vuelven a fingir su amistad de la que hacían gala (en una especie de reconquista de principios) con su primitivo rostro farisaico de redentoristas. Claro está que, cuando llegan a perder sus privilegios de clase política y vuelven a sus antiguas ocupaciones (los que las tengan), aquellas conductas, programadas exclusivamente para socorrer los intereses de personajes infectos, se colocan al abrigo de los que puedan reportarles nuevamente beneficios que les recompensen lo mal que lo han hecho, pero con la carta de presentación de haber sido «servidores públicos» que, a fin de cuentas, en una sociedad tan rastrera como la nuestra les abre más puertas de las que debieran.

Hoy, cuando la vida se estrecha, huyo de las discusiones contenciosas y de los asuntos dudosos de mis amigos políticos, pues me exige demasiado esfuerzo y dureza comprender sus comportamientos y sus estrategias. No me meto en nada, salvo en los temas que pueda tratar con emoción. Huyo de la tormenta desde más lejos y procuro esquivar los golpes de los que se llenan de espanto cuando observan que presto la misma atención al progreso material que al espiritual.

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sábado, 7 de septiembre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LOS GRANDES MAESTROS CONTEMPORÁNEOS DE LA PINTURA


Luis Romero - Vestida de invierno - www.galeriadeartelazubia


Todo acto público está sujeto a inciertas y diversas interpretaciones, pues lo juzgan demasiadas cabezas y mucho más, si se trata de manifestaciones del espíritu que no pueden ser mensurables.

Lo que pone el alma, si es que pone algo, en la expresión plástica, escultórica o poética es un acto plurisignificativo, es decir, las percepciones que recibimos ante la contemplación de la obra de arte son indescriptibles y distintas en cada uno de nosotros.

Por esta razón Galería De Arte La Zubia ha conseguido reunir en una sola exposición a los pintores más relevantes del panorama pictórico nacional en la que se aúnan y dan la mano distintas técnicas, estilos y tendencias, bajo el denominador común de provocar la belleza y el goce estético en el espectador.

No se trata de justificar nada, ni de autoelogiarse desde un impulso publicitario, como tampoco se trata de ver el mundo desde una perspectiva meramente mercantilista. Simplemente, se trata de acercar al visitante (en un espacio de paz) a la fantasía a la sensibilidad y a la imaginación.

También se trata de mostrar la constancia en el largo recorrido de la vida de nuestros autores, pero para conocer la constancia es menester saber antes lo que es el sufrimiento.

Sirva, al menos, esta exposición para rendir homenaje a estos 12 autores que han dedicado su vida a la cultura.

Página de la exposición: http://www.galeriadeartelazubia.com/exposicion/exposicion-colectiva-septiembre-2013/

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viernes, 30 de agosto de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL MAQUINISTA DEL TREN


Laurentino Matí - www.galeriadeartelazubia.com

Cuánto dolor, cuanta desolación, cuántas inútiles imágenes, cuántos muertos, cuántos heridos, cuanta rabia contenida sufrió el pueblo gallego y va a seguir padeciendo durante mucho tiempo por la catástrofe ocurrida, el pasado 24 de julio, cuando un tren Alvia descarriló cerca de Santiago de Compostela, debido al exceso de velocidad.

Cuando las televisiones mostraban las primeras imágenes con terroríficas escenas de heridos ensangrentados y las vías llenas de cadáveres, los corazones de los que difundían las primeras noticias no se ablandaban ni un momento, apuntando siempre hacia la misma dirección: el maquinista del tren.

Al comprobar que éste no estaba entre los fallecidos, mi pensamiento en el instante (del que me arrepentí y me seguiré arrepintiendo) quedó infectado de un sentido justiciero teñido de la peor cólera, que tan alejada debe estar siempre de la justicia. Y es que cuando el alma está derrumbada y turbada se pierde en sí misma, si no se le da una presa.

Han pasado más de dos meses, he visto imágenes del accidente hasta la saciedad, he oído debates técnicos, las primeras palabras del maquinista y el testimonio de los primeros vecinos que lo atendieron a los que les expresaba aturdido y ensangrentado su deseo de no querer seguir viviendo.

Sólo Dios, el destino, la casualidad o el propio sentido contingente del ser humano dejó a este hombre con vida, para que ahora no sólo tenga que protegerse de sus enemigos, sino de sus propios amigos, y lo que es peor, de sí mismo. No se puede tener una situación tan horrible e insoportable como la de tener el alma viva y afligida y, por si esto fuera insuficiente, enviado al suplicio de la opinión pública que ya lo ha condenado. No creo que le quede un ápice de fuerza interior a su alma para poder volver a reconocerse de cómo era antes del accidente.

Hay muchas cosas que tendrá que aclarar la justicia y hasta qué punto las responsabilidades podrían ser compartidas por otros que nunca veremos sus rostros. Pero, en cualquier caso, sea como fuere, este hombre nunca encontrara demasiada compasión, especialmente, entre los familiares de las víctimas.

Hay muchas consideraciones técnicas que podrían ir en descargo del maquinista de este fatal accidente ferroviario, pero ninguna se acercaría para explicarnos tanto sinsentido como aquellas que albergan en el alma las ciencias de la bondad. Ahora, sin comprensión alguna, sin justificación de nadie, tendrá que soportar la carga diaria que supone para la conciencia vivir sabiendo la infinita tristeza, que ha ocasionado a tantas familias, de la que difícilmente se repondrá.

El azar forma parte de nuestras vidas en los éxitos y en las desgracias y, aunque es verdad que la razón y las leyes nos marcan la obediencia de las mismas, a veces ocurren circunstancias fortuitas en nuestras vidas que desordena nuestros actos, a pesar de tener el juicio ordenado.

Ya sé que las responsabilidades son distintas, sobre todo por la magnitud del accidente que ha cercenado tantas vidas y ha sembrado el espanto para siempre entre millares de personas, pero lo que no podemos es instalar nuestra existencia en el odio y en el rencor contra alguien que presuntamente ha cometido un error humano (hasta donde sabemos).

Se me hace muy difícil comentar desde la distancia como mitigar el desconsuelo de los demás. Pero de la misma manera que no se puede construir una muralla sin piedras, tampoco se puede construir el amor sin el perdón.

Ahora queda un profundo y duro trabajo que realizar: reconstruir los corazones de quienes juzgan desde un estado de pánico, de rabia o de ira (por la pérdida de seres queridos) a un hombre que presuntamente ha cometido un irreparable error o un descuido terrorífico.

Sin embargo, no queda otra que mostrar a los afectados que no se puede juzgar desde esos estados de ánimos sin hacerse más daño a sí mismos que al responsable o responsables del accidente. Como también debemos entender, por imposible que sea para algunos que el odio aspira de su propio veneno, intoxica al alma y aniquila la razón.

Independientemente, de que el maquinista del maldito tren tenga que cumplir con los imperativos que en su día determine la justicia, he de decir que hoy, muy al contrario que en los primeros momentos, siento hacia él una enorme conmiseración. Opino que no va unida la negligencia, la distracción u otros aspectos desconocidos hasta ahora con la maldad.

Pero quizá lo que más me molesta es que aquellos que se valen de la razón exclusiva de la velocidad del tren y que poco hablan de los dispositivos técnicos del que supuestamente debería estar provisto el mismo y su infraestructura, suelen decir con verdad como ocurrieron las cosas, pero nunca como podrían haber ocurrido, si hubieran estado activados todos los mecanismos de seguridad.

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jueves, 11 de julio de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL REY DE ESPAÑA



Aun a sabiendas que nado a contracorriente, no sé por qué siempre me meto en charcos que podría evitar fácilmente con el silencio y ser mucho más sensato, dejando transcurrir los acontecimientos, sin necesidad de opinar públicamente mi parecer sobre las modas o tendencias (como se dice ahora) que imponen los grupos de poder sobre la ciudadanía.

Sin embargo tengo, una tendencia natural a redoblar mis pareceres en cuanto veo hacer su aparición a la injuria, a la calumnia y a la difamación.

Digo esto, porque hasta hace muy poco tiempo, la inmensa mayoría de la población española, tanto progresistas como conservadores consideraba al del Rey de España como la figura que más valerosamente había luchado contra aquellos militares que un 23 de febrero de 1981 trataron de arrebatar las libertades al pueblo español.

Algunos llegaron a acuñar el término de juancarlistas para definirse y comprometerse libremente con nuestra Monarquía Parlamentaria, renunciando incluso a los idearios republicanos que se contemplaban en distintos partidos como forma de gobierno.

Decir que la resistencia, la serenidad y la rectitud de juicio que ha mantenido Juan Carlos I , por la agitación que han supuesto durante su reinado las propias leyes promulgadas de gobiernos de signos e ideologías muy diferentes, y que muchas de ellas iban muy por delante del pensamiento del pueblo español, me hacen entender que alejan cualquier duda en lo que se refiere al papel simbólico que ha desempeñado nuestro monarca en la vida legislativa de los españoles.

Sin aspavientos, con mesura y con un gran sentido de la responsabilidad ha tenido que sufrir durante muchos años las iras y el desprecio de grupos secesionistas vascos y catalanes en sus irrefrenables reivindicaciones soberanistas que creen de modo distinto a otros grupos parlamentarios no nacionalistas.

Por el contrario, las amistades puras que ha trabado nuestro Rey, en países árabes o iberoamericanos, posponiendo a veces ese lazo nacional al universal y común, me parecen acciones de mucha altitud moral que nunca se le han reconocido en su justa medida.

Las relaciones internacionales, que nos ha abierto puertas comerciales más allá de nuestras culturas, han servido de refugio para muchos de nuestros dirigentes políticos que renunciaban por necedad en otro tiempo a nuevas vías de entendimiento más universales, y que pensaban exclusivamente en términos de vecindad (especialmente en Europa), renunciando a la propia naturaleza humana que nos ha puesto en el mundo libres y desligados.

Por todo esto no me extrañaron nada las palabras de Felipe González, buen conocedor de Juan Carlos I, cuando en recientes declaraciones afirmaba que no se debe de jugar con las cosas de comer.

Pero, es que este momentos histórico que estamos viviendo es tan rastrero y está tan manipulado que nos está dejando una triste imagen de nuestro Monarca, quizá el personaje más relevante de nuestra historia contemporánea.

Nuestros juicios están también enfermos y tratan de oscurecer acciones tan valientes y generosas como fue detener a los golpistas del 23 F., para incluso, ofrecernos viles interpretaciones del frustrado atentado contra la democracia o atribuir al mismo Jefe del Estado circunstancias que nunca sucedieron nada más que en la imaginación de los difamadores.

Con qué sutileza se está erosionando la figura del Monarca y de su sucesión, buscándole en cualquiera de sus actuaciones o representaciones mil intenciones perversas.

Con cuánta facilidad se le están amontonando los problemas por las presuntas deslealtades de su yerno. Está claro que no existe nada tan propio de la codicia como la ingratitud.

Con cuánta severidad se le está juzgando sus equivocadas cacerías de elefantes, con el objetivo fundamental de rebajar su grandeza y hacernos olvidar los servicios que ha prestado al pueblo español, al sistema democrático y a la defensa de las libertades.

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martes, 2 de julio de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL MINISTRO WERT Y LAS BECAS


Albert Sesma - www.galeriadeartelazubia.com

Me parce a mí que no está nada mal que en los gobiernos siempre haya un ministro que cuando abra la boca sea causa de reproches, de controversias y, a veces, hasta de hilaridad por parte de la ciudadanía, con objeto de preservar a otros en el desgaste que conllevan los cargos en el mandato. Así que es bueno disponer de personas dispuestas a poner el rostro para que les caiga una tunda de palos y, mientras esto ocurre, distraer la atención de otros asuntos que pudieran ser de mayor enjundia y preocupación.

En este caso y en este gobierno parece que el protagonista elegido es ni más ni menos que Ministro de Educación Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, quien ahora, otra más de las suyas, se apeó con unas declaraciones en TVE, diciendo que un estudiante universitario que no sea capaz de alcanzar una nota media de un 6.5 para obtener una beca, esté bien encaminado y deba seguir sus estudios universitarios. No es que le paguemos los estudios, les pagamos por estudiar, continuó diciendo.

Dicho así, y tras otras declaraciones anteriores en las que decía que se debería inculcar a los alumnos universitarios a que no piensen en estudiar solo lo que les apetece o seguir tradiciones familiares a la hora de escoger itinerario académico, sino que piensen en términos de necesidades y de su posible empleabilidad; nos llevaría al equívoco de pensar que esa es la razón fundamental por la que nuestros antepasados no hiciesen excesivo caso del estudio, porque seguramente pensarían en términos de empleabilidad.

Lo que me faltaría por saber es si a los estudiantes que no han necesitado de la ayuda estatal, por disponer de suficientes recursos familiares o propios, y que brillan en su hablar, después de haber fracasado en su paso por las distintas facultades y que la naturaleza les ha empujado a oficios tan nobles y generosos como la política y a otros menesteres más lucrativos, que nada tienen que ver con los libros, y que no han seguido ningún itinerario están o estarán bien encaminados para dirigir la cosa pública.

A mí me parece muy bien que exista un nivel de exigencia en el esfuerzo, en la constancia y que se prime y se valore el mérito. Además, creo que no corren los mejores tiempos para que la sociedad distraiga dinero público para algunos alumnos e, incluso profesores universitarios, a lo que a cualquier cosa llaman cuatrimestre; que en cualquier esquina haya una Universidad o que se deba medir con el mismo rasero al esfuerzo y la constancia, que a la apatía y a la desidia, por impopular que resulte hoy esta opinión.

Lo que no me queda claro es si los que hoy presumen de la dignidad del 5 raspado o los que repitan cursos y arrastren asignaturas de años anteriores de manera asidua en su trayectoria académica, deberían abandonar sus estudios académicos, según el Sr. Ministro o, por el contrario, podrían permanecer en la Universidad, siempre y cuando abonen sus tasas correspondientes y sin ayuda estatal alguna, ya que a estos últimos no les pagaríamos por estudiar, sino que se pagarían ellos mismos sus estudios universitarios o sus familias.

Desde luego lo que si voy a hacer a partir de ahora es mudar mi parecer y antes de visitar al médico preguntaré si obtuvo una nota media de 6.5.

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jueves, 20 de junio de 2013 | Por: Pedro López Ávila

NUESTRO SISTEMA COMPETITIVO


Albert Sesma - www.galeriadeartelazubia.com

Me desagrada, no saben cuánto, que en esta sociedad, en los momentos que estamos, la máxima de los gobiernos y especialmente en el nuestro no exista mayor preocupación que la reducción del déficit público y como consecuencia la disminución de funcionarios al coste que sea.

Vamos, como si los médicos, maestros, profesores y fuerzas de seguridad del estado (entre otros muchos) fueran los responsables de los saqueos a los que ha sido sometido nuestro país de forma tan traicionera como impía.

Claro, que como los que se han apoderado de los honores grandezas y, sobre todo, riquezas y bienes, no las han devuelto ni tienen intención de hacerlo y mucho menos les van a obligar las propias leyes, que siempre tienen un germen truculento, me temo que después de poner a millares de médicos y profesores en la calle se seguirá tirando del hilo hasta poner en el punto de mira a los pensionistas.

Independientemente de los latrocinios que han cometido muchos de nuestros dirigentes públicos, cuya avidez no tiene meta establecida, no estaría nada mal hablar también de algunos aspectos de nuestro pueblo ante el sistema productivo, basado en la competitividad, nos guste o no, pero es el que tenemos.

El otro día fui a comprar una simple lata de pintura a las diez de la mañana y me encuentro con el establecimiento cerrado y con un cartel que decía: "Estoy desayunando. Vuelvo en veinte minutos" Parece hasta gracioso. Como es evidente, uno no sabe qué hacer ante situación semejante, pues puede haber salido el propietario o empleado (para el caso es igual) en el momento en que uno ha llegado, con lo que estaría esperando en la puerta veinte minutos españoles o pudiera ser a la inversa, que esté a punto de regresar el menda. Esperé cinco minutos y me marché como llegué: sin lata de pintura.

Esto, que en cualquier país desarrollado podría ser considerado como chiste, es profundamente habitual en nuestro país y especialmente en nuestra ciudad. Quizá no de forma tan explícita diciendo en dónde se encontraba el personaje en cuestión, pero es muy frecuente observar cartelerías semejantes en los comercios que van desde "vuelvo en cinco minutos", insisto minutos españoles, a "no tardo" o "ahora vuelvo"; más ambiguo aún.

En este estado de cosas, yo no vería del todo muy mal, aunque mal esté, que cuando se pusiera el cartel, se indicarán algunos datos más. Por ejemplo, "estoy desayunando y leyendo el Marca", o estoy desayunando con la dependienta de la lencería fina". Pues, muy bien. Ya sabe uno el tiempo que tiene que esperar, es decir, ninguno.

Cuando Larra en su artículo "vuelva usted mañana" publicado en 1833 insinuaba que los españoles no comían, porque había que llevarse la comida a la boca, desdiciéndolo por su generalización, creo que conocía muy bien el temperamento y carácter español.

Si bien es verdad que el tema abordado por Larra, se refería especialmente a la lentitud de la burocracia española (pesada, compleja y desesperante), absolutamente vigente en nuestra realidad actual, no es menos cierto que también su intención fue retratar a una serie de personajes representativos de la sociedad en España en general.

Así que, se nos caen los palos del sombrajo, cuando vemos ciudades como Estambul, en los que la actividad comercial es tan agresiva, frenética y competitiva, durante todos los días de la semana, que sería inconcebible que los ciudadanos turcos pudieran asimilar o al menos comprender la famosa frase de Larra "No hay negocio que pueda hacer hoy que no deje para mañana".

Cuando los que tienen que dar ejemplo de esfuerzo, como en estos casos, son los propios propietarios de los establecimientos, nos muestran su enorme grado de apatía y su apoltronamiento en momentos como los que vivimos, no hacen otra cosa, sino fomentar la desidia entre sus propios empleados. Pero, al parecer, este mal ha sido crónico durante muchos siglos en nuestro sistema productivo en un importante núcleo de la población.

El estado de bienestar y las conquistas sociales no deben confundirse con la ociosidad y la apatía. No se pueden cerrar las puertas de los negocios, en una sociedad de consumo, cuando más transeúntes hay en la calle, aunque sea sábado por la mañana o por la tarde, para no ser menos que algunos funcionarios. Hay que reinventar fórmulas nuevas que estimulen al trabajador en este sistema competitivo, con comportamientos empresariales que supongan no dejar el negocio que se pueda hacer hoy para mañana.

Así, cada día es mayor el número de "ricos" necesitados y apurados con más problemas que aquellos que son simplemente pobres, al no haber sabido adaptarse y a entender que el valor de las cosas consiste en su utilidad. Y es la compra, justamente, lo que da valor a lo adquirido y al propio sistema de competitivo, que por mucho que nos pese a algunos, no existe otro por el que sustituirlo, si queremos salir de esta.

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domingo, 16 de junio de 2013 | Por: Pedro López Ávila

PRESENTACIÓN DE CARMINA LUCIS



El pasado día 5 de junio se presentó el libro "Carmina Lucis" de Jesús Amaya Vigil  en la Sala Cultural Nueva Gala de Granada. La presentación del poemario corrió a cargo del pintor hiperrealista Francisco Trigueros. He aquí algunos testimonios gráficos de Antonio Arenas, periodista del diario IDEAL  de Granada, perteneciente al Cuerpo de Maestros y al CEP.

http://jesusamaya.blogspot.com.es/2013/06/fotos-de-la-presentacion-de-carmina.html

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miércoles, 12 de junio de 2013 | Por: Pedro López Ávila

ESTO VA PARA LARGO


Galán Polaino - www.galeriadeartelazubia.com

¿A quiénes creen que van a convencer aquellos que antes decían que ya se observaban brotes verdes en nuestra economía o los que dicen ahora que el pesimismo está en retirada? Estimo que a los incautos que no ven la realidad más allá de los que ven al mundo por el agujero de un canuto. Pero de todo esto lo que más me entristece es que unos y otros tienen sus palmeros, antiguamente eran lacayos, y no tienen otra solución que aplaudirlos y creérselos.

¿Qué se consigue llenando de fantasía e irrealidades a la imaginación de los demás, a base de infundadas esperanzas, si luego les dejamos vacío el entendimiento y la conciencia? No nos dejemos caer fácilmente y tan hondo en brazos de los demás que anulemos nuestras fuerzas.

Ya sabemos que la confianza es un elemento fundamental para la economía, pero la confianza debe tener siempre algún asidero en el que fundamentarla. No vale sin argumento alguno y sin rigor el empleo de frases grandilocuentes, cuando la realidad de la miseria y de la pobreza se impone antes nuestros ojos.

¿Acaso la gente sabe que en la actualidad más de 8 millones de personas en Alemania del Oeste ganan unos 11 euros por hora y que en el antiguo territorio germano oriental el sueldo mínimo es de 8 euros por hora?

Pues bien, si esto sucede en una de las economías más saneadas de la U.E. en donde ya se están produciendo desequilibrios importantes en cuanto a la distribución de la riqueza ¿qué podemos esperar de países como el nuestro con tasas de paro próximas al 30% de la población activa?

Sinceramente, por naturaleza y hábito soy dado al optimismo y no quisiera atormentar más aún con mis pensamientos y opiniones a nadie, pero lo que no me gusta es que me vendan motos y mucho menos que a espíritus con poco conocimiento se les pueda albergar juicios en donde se sabe que no existe un contrapeso, es decir, sin capacidad crítica y analítica; pues ya nada tendrá que ver para sucesivas generaciones desde el punto de vista de la economía doméstica la realidad que tendremos que soportar.

Además, nuestros políticos ensoberbecen cuando llegan al poder, y en lugar de aprovechar las ideas que les pudieran ofrecer las minorías y extraer conclusiones parlamentarias de los otros grupos, sólo intentan hacer gala de las suyas, esforzándose de una manera enfermiza más en soltar su mercancía que en adquirir algunas ideas de los demás que pudieran enriquecer un trayecto común que redundaría en beneficio de todos. El silencio en la escucha y la modestia no son, por consiguiente, virtudes por las que destaquen nuestros políticos, muy convenientes e importantísimas para lo que ellos mismos denominan negociaciones.

Así las cosas, con la obstinación y la confrotación, me parece a mí que esto va para largo. Pero, bueno, esto es así en nuestras democracias el que manda es porque que ha recibido legítimamente el poder a través de las urnas y por tanto manda, al parecer como quiere, puede o lo dejan.

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viernes, 24 de mayo de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LA FAMILIA EN LA ACTUALIDAD


Francisco Balderas - A la faena - http://www.galeriadeartelazubia.com/

Me contaban mis mayores, cuando aún era yo muy niño, que antiguamente la familia la sustentaba el padre, por eso, supongo, que recibió la honorífica distinción de denominarlo el cabeza de familia. Al parecer, las pocas viandas que había no se repartían equitativamente entre todos los miembros, sino que, muy al contrario, era el padre al que alimentaba y le servía en primer lugar la esposa sometida con la porción más importante y sabrosa de la comida que hubiere, so pretexto de que debía afrontar la dura vida del campo, los rigores de la fábrica o de la mina y, por tanto, debía estar provisto de la energía suficiente, toda vez que tenía que enfrentarse a la severidad del trabajo diario.

Con posterioridad, una vez bien alimentado el hombre, la madre repartía entre los hijos lo que restaba y ella se conformaba, rebuscando lo que podía de aquí y de allá.

Claro, no creamos que aquellas madres se dedicaban sólo a la crianza de los hijos y pare usted de contar, sino que lavaban de rodillas en el río acarreaban agua desde la fuente a casa, zurcían las prendas de todos los miembros de la familia y se levantaban de madrugada para que a su hombre no le faltara de nada. También rebuscaban en el campo para llevarse algo a la boca y si eran muy afortunadas, tenían un "roalillo" donde sembraban algunas hortalizas, que debía ir a regar, antes de que "el contrario" emprendiera el camino del trabajo.

Además de todo esto, acometían la difícil tarea de ir enseñándole a las hijas el sendero que las guiara a un buen casamiento y a los hijos, desde las más tiernas edades, a tareas que a veces rayaba en la esclavitud infantil, para poder aliviar la economía doméstica. Y es así como se reproducía el sistema.

Por supuesto no había foto familiar, eso era en las casas de posibles, donde el dueño de la casa y de todo lo que tuviera o no movimiento era posesión de ese personaje tan ilustre y magnánimo: el macho. El hombre aparecía sentado en una impresionante sillón en el centro de la foto y a su alrededor, de pie, en forma de orla aparecía la esposa, los hijos y algún nieto en brazos de la nodriza.

Hoy todo esto ha cambiado en muchas familias, excepto para la figura de la madre, pues al estar todos los miembros de las familias en paro los que han pasado a sostener la economía familiar son las pensiones de los abuelos y la ayuda que supone el que la madre tenga que estar desde las primeras horas del día realizando labores no sólo de su propia casa, sino de las ajenas, además de un sinfín de ocupaciones que se niega a realizar el varón y han quedado para la mujer. Por tanto, son ellas las auténticas heroínas, las que sostienen la paupérrima economía doméstica de los momentos tan duros en que vivimos, guiadas, fundamentalmente, por ese instinto protector que las conduce al ciego objetivo de cohesionar la sagrada unidad del hogar.

Lo que sucede es que mientras estas mujeres se afanan y se esfuerzan en la actualidad para aliviar las descalabradas situaciones económicas por las que atraviesan muchas familias, muchos de los hijos de nuestra época se despiertan bien pasado el medio día; además han desarrollado tal grado de violencia que se han apoderado de todo, hasta del mando a distancia del televisor. El padre (el antiguo portador de la porra del primate) ha cedido su puesto y ha pasado a ser un cero a la izquierda, puesto que no aporta sueldo alguno, y el abuelo o la abuela han quedado para servir de escarnio a los nietos, que les hacen repetir refranes y penalidades que se pasaban en su época, y con esto aquellos se divierten mucho.

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martes, 14 de mayo de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LOS CIBERATAQUES


Pedro Roldán - Ocaso en Comillas - www.galeriadeartelazubia.com

No hace mucho en un artículo publicado en prensa digital hablaba yo que la evolución del hombre desde el punto de vista racional era vertiginosa, dado el avance técnico científico que había experimentado en los últimos años y al que estábamos asistiendo (sin apenas percibirnos), y decía también que este no era comparable a ningún otro momento en la historia de la humanidad. Antes bien, de la misma manera hacía referencia a que su evolución racional no había ido en paralelo a su evolución espiritual, en la que aún nos encontramos fondeando e inmersos en procesos muy primitivos.

Hoy cualquier ganapán podría convencer a una eminencia científica de que lograría solucionar sus problemas del alma solamente con ponerse en manos de él, porque aquel se atribuye unos poderes especiales que le han sido donados por la naturaleza o por alguna revelación a la que ha tenido el privilegio de ser elegido.

El caso es que el hombre, desde la modernidad, ha buscado siempre el paraíso en la tierra, ha intentado a través de sus filósofos dar una explicación del mundo, de Dios o de su propia existencia, como el último objetivo de conseguir explicar racionalmente a lo que aún no ha encontrado explicación, por encontrarse esta todavía circunscrita al término enigma.

De ahí que cada día que pasa sea mayor el número de personas que niegan la casualidad y encuentren elementos en cualquier situación, lecturas antiguas o pasajes de otras culturas (incluso sectarias y muy peligrosas algunas, por cierto), para considerar e interpretar, ajustadas a medida, determinadas situaciones actuales como la causalidad que sería la que justificaría los efectos dañinos que se producen en el mundo.

Para ello se sirven de testimonios glosados en doctrinas ancestrales o vaya usted a saber de dónde y así meter la peste en un canuto.

El problema es que nuestras almas se encuentran tan alejadas de la virtud, de la compasión, de la piedad y del amor hacia los otros que forman más parte de la naturaleza del graznido de una bandada de cuervos que de su propia esencia, por el excesivo empecinamiento de dar preferencia en nuestros actos a lo racional.

El molde del alma de los que rigen y dirigen el planeta (laicos o religiosos) está hecho de la misma manera que la de cualquier ser humano; pues, la misma razón que nos hace discutir con el vecino, provoca una guerra, entre los distintos estados. Actúan con la misma ligereza que nosotros, pero ellos son más poderosos y destructivos.

Así hemos llegado a extremos tales que la vulnerabilidad del sistema capitalista, basado en gran medida en Internet (el avance técnico más importante en la historia de la humanidad desde mi parecer), que corrimos un gravísimo peligro tras la explosión de las bombas del Maratón de Boston, cuando, al mismo tiempo, un ataque cibernético a la agencia de noticias Associated Press, provocó una caída de la bolsa en el corazón del capitalismo, Wall Street, de 200 000 millones de dólares en unos minutos.

En una de estas, la discusión no será con el vecino, pues ya El Pentágono amenazó hace dos años que quien se atreviera a cortar el suministro eléctrico del país con un ciberataque se arriesgaba a una lluvia de misiles sobre su territorio.

Con todo esto, presiento que la naturaleza haya puesto en el hombre un instinto inhumano que explicaría con creces, porque no ha evolucionado nuestro espíritu paralelamente a nuestra razón.

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jueves, 9 de mayo de 2013 | Por: Pedro López Ávila

CABALLERO BONALD


PEDRO ROLDÁN  www.galeriadeartelazubia.com

El pasado día 23 de abril, coincidiendo con el día mundial del libro, se produjo la ceremonia de entrega, por los Príncipes de Asturias, del Premio Cervantes, considerado como el mayor galardón de las letras en español, al escritor jerezano, José Manuel Caballero Bonald. El Poeta, narrador y ensayista de mayor relevancia en nuestro tiempo, desde mi parecer.

En su discurso pronunciado en la ceremonia de entrega del premio Nobel de las letras en español (según los denominan algunos), me llamó la atención algo que pudiera haber pasado desapercibido para muchos y que entiendo que es de gran importancia. Caballero Bonald dijo que quien no leía tampoco almacenaba conocimientos y quien no almacenaba conocimientos era apto para la sumisión.

Siempre ha existido una recóndita creencia entre algunos poetas de que la palabra, la poesía y el poeta con su compromiso podrían cambiar al mundo. El poeta comprometido ante la injusticia , el mundo del trabajo y el anhelo de libertad han sido durante mucho tiempo elementos temáticos lo suficientemente liberadores, entre determinados autores, como para sustentar las pretendidas intenciones de cambio social.

De ahí, que la poesía haya sido considerada por muchos como una importante arma de lucha contra la sumisión y los sistemas establecidos en donde no existe la libertad e impera la tiranía.

Ya Vicente Aleixandre decía que el poeta es una conciencia puesta en pie hasta el fin. Gabriel Celaya diría que la poesía es un instrumento, entre otros, para transformar al mundo y si nos remontamos al S. XIX, Shelley, el poeta romántico inglés (que entendía la poesía como el registro de los momentos mejores y más felices de las mentes mejores y más felices) llegó a decir que los poeta son los legisladores no reconocidos del mundo. Y decía esto tal vez pensando en la influencia de los poetas en la formación de las ideologías de su época.

Hoy día muy poca gente puede creer que el mundo se pueda transformar con libritos de poemas. Sin embargo, la poesía es una de las actividades más intensamente humanas que nos hace ver lo que de otro modo no alcanzaríamos a ver jamás, que nos hace ver, tambien, desde la oscuridad un espacio moral nuevo, porque jamás se sustentará en la supremacía de los poderosos, sino en la defensa de los desahuciados, en los desheredados sociales, en los que sufren o en los que aman.

A partir de ahora se venderán muchos más libros de Caballero Bonald que será leídos por los de siempre, otros quedarán en las estanterías de los pedantes y otros serán abandonaran al leer sus primeras páginas, porque los lectores "no almacenan conocimientos suficientes".

Hay un tipo de poesía a la que la barbarie de los mercados y de los políticos no podrán nunca convertirla en superflua, sino en necesaria. Una poesía que se fundamenta en un nuevo orden moral. Una poesía que nos habla de un porvenir colectivo que sólo con los poetas llegamos a entrever.

Decir que los poetas sólo hablan de amor y de metafísica es el olvidarse de lo mucho que la humanidad ha necesitado de Anacreonte, de Ovidio, de Quevedo, de Neruda, de A, Machado o de Benedetti, por ejemplo.

Por eso Caballero Bonald también dijo en su discurso "hay que defender la palabra contra quienes quieren quitárnosla. Esgrimirla contra los desahucios de la razón".

Desde luego, la obra, especialmente la poesía, de Caballero Bonald está fuera de toda tendencia grupos o familias a la que adscribirla, pues eso significaría que lo importante es la pertenencia al grupo y desdeñar el torrente de originalidad individual que desprende su capacidad creativa, tanto en su estilo, cuanto en su ética.

Fanny Rubio Dice que Caballero Bonald "interpreta una ética de la escritura disidente de lo convencional, por contravenir estilísticamente las normas, por negar el ejercicio dinámico del texto y por dignificar el fluir de la lengua".

En estos momentos cruciales de la historia se hace más necesaria que nunca la poesía de nuestro flamante Premio Cervantes, para que como él mismo dijo "corregir las erratas del pasado y que esa credulidad nos inmunice contra la decepción".

Hoy, su radical y perseverante militancia a la insumisión, cobra la máxima actualidad en su interpretación de la vida, a través de su experiencia, en su obra. Así lo podemos comprobar en su poema "Santoral" de su libro Diario de Argónida de 1997: Suele el sumiso, el amansado,/ comulgar indistintamente/ con ruedas de molino o con sagradas/ formas, mas no por eso acepta/ sin razonables dudas/ la subida veloz a los altares/ de algún palurdo padre de la patria.

Un hombre, un poeta, con 86 años, Caballero Bonald, sigue siendo siempre fiel a sus principios de compromiso social. Nunca ha dado de espalda a la injusticia y al sufrimiento y se reafirma (en su discurso) de sus convicciones delante de algún palurdo padre de la patria, que ahora aplaude con sonrisa de hiena. Caballero Bonald significa y simboliza la resistencia frente al poder destructivo de los que quieren arrinconar la palabra.

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miércoles, 24 de abril de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL BIPARTIDISMO Y LOS MERCADOS


Albert Sesma - Gran Vía de Madrid  www.galeriadeartelazubia.com

A veces es desolador pasear por el centro de nuestras ciudades y encontrarnos como los pocos comercios que van quedando se hallen prácticamente vacios, mientras los transeúntes apenas si dirigen una lejana mirada a los escaparates.

Quizá nuestros ojos se dirigen antes a otros comercios casi derribados, de polvorientos cristales, en los que suele haber un cartel con un letrero que dice: se vende, se traspasa o se alquila junto a un enorme un número de teléfono.

Nuestras ciudades, cada día que pasa, nos muestran una imagen más cadavérica, en donde sólo quedan algunos vestigios de lo que fuimos, no hace tanto, en determinados bares, generosos en la tapa para poder competir, sostenidos por una clase media cada vez más empobrecida que camina de manera irresoluble hacia su desaparición.

A veces, si uno entra en un determinado comercio, al iniciar una conversación con algún propietario (antes se solía comenzar hablando del tiempo), y se pregunta algo así como ¿Qué tal? ¿Cómo van las cosas? Las respuestas suelen ser tan demoledoras y cargadas de angustia como fulminantes: No hay un duro. Quiero suponer, que estas no signifiquen actos fallidos, haciendo alusión a la antigua moneda.

Estos tíos se lo han llevado todo, continúan diciendo, como una formula fraseológica ya acuñada que define la situación en la que está inmersa la sociedad española, y como una especie de monólogo improductivo arremeten despotricando contra los políticos, los banqueros y todas las instituciones. Supongo que como catarsis imprescindible, ante el hipotético comprador que entra en su negocio, sea conocido o no, y así sofocar la indignación y la furia que llevan dentro en un totum revolutum, y en el que no dejan títere con cabeza.

Me parece que esto aprovisiona a los propietario de los comercios de la energía necesaria para sobrellevar interminables días, al comprobar que al finalizar las jornadas, sólo tocan a viento y humo en el reparto de ganancias.

Y es que la forma en la que hemos vivido nuestra historia reciente da para mucho. Así, por ejemplo, si nos remontamos al Gobierno de Felipe González, cuando se destaparon algunos casos de corrupción política y tráfico de influencias, existía en una especie de conformismo en la sociedad, puesto que "los otros", se decía, habían robado durante 40 años. Paupérrima argumentación, digo yo, pues a saber quiénes eran los otros, ya que posiblemente muchos fueran los padres de estos y, por supuesto, la virtud no consiste precisamente en justificar conductas inmorales comparándolas en su grado con otras también inmorales. Pero, claro, eran otros tiempos en la que "España iba bien".

No existe tal bipartidismo de unos y otros como nos quieren hacer creer. Hoy sólo existen los mercados, que están conduciendo a los pueblos y a sus soberanías a la ruina económica y moral.

El caso es que a España, a Grecia, a Irlanda, a Portugal, a Chipre a Italia y a otros muchos países les han dado de espaldas sus políticos, que han quedado para agacharse a recoger los excrementos de la Merkel, que a su vez se agacha para recogérselos a otros, cuyos rostros no son tan visibles. Lo que no sabe esta gentuza o no le interesa saber es cómo va acabar todo esto. Yo me malicio que muy mal. Ojalá que me equivoque.

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martes, 16 de abril de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL TERRORISMO EN EL MUNDO ACTUAL



Una vez más ha hecho acto de presencia el terrorismo en el mundo occidental, una vez más el miedo se ha apoderado de la población estadounidense, una vez más los terroristas han conseguido su propósito de amedrentar a la ciudadanía del mundo entero, cuando miles de corredores de la maratón más antiguo del mundo, en Boston, se han visto sorprendidos por dos bombas de fabricación casera que han estallado al llegar a línea de meta, creando de esta manera la desolación, la barbarie, el pánico, la confusión y el espanto entre millares de personas. El resultado es de tres personas muertas (entre ellas un niño) y más de 100 heridos, por el momento.

Hoy las guerras convencionales se les deja a los países que viven inmersos en la miseria, las guerras en plan bestia al zangolotino de Corea del Norte, Kim Jong-un y las guerras más monstruosas y crueles a los terroristas, por atentar contra la población civil, contra los más inocentes que nada o poco tienen que ver con políticas de estado. Son las que han descubierto la manera de matar, de destrozar, de arruinar y de aniquilar las vidas humanas más inocentes, como una pomposa prerrogativa que tienen los gobiernos o grupos armados, para hacerse oír en sus reivindicaciones sociales, políticas o religiosas.

Nosotros, los españoles, desgraciadamente, hemos sido víctimas durante muchas décadas del terrorismo de ETA, de los GRAPOS y últimamente del terrorismo islámico con el 11. M. A las demás naciones, incluyendo a nuestros vecinos, este salvajismo criminal e impío les resultaba hasta hace muy poco tiempo como algo alejado de su realidad, basados en el principio de que los males ajenos no han de dolernos tanto como los nuestros.

Sin embargo, ese mismo día (el pasado lunes) en Irak veinte personas resultaron muertas y más de doscientas heridas en ataques terroristas perpetrados en el país, siendo esto una constante en el mundo árabe. ¿Qué hemos hecho toda esta gente inocente para merecer esto? ¿Nuestras vidas no significan nada?, decía indignado un comerciante iraquí.

Quizá, en este momento en que los medios de comunicación han ofrecido las imágenes del terror y del espanto, obsevando el padecimiento de miles de personas que se encontraban muy lejos de aquí, signifique el instante en que nuestras almas se inicien en una nueva sensibilidad contra estos carniceros de niños, ancianos o gente de bien que no han hecho absolutamente nunca mal alguno. Tan sólo estar en el lugar inadecuado cuando estos asesinos pasaron por allí.

Cuando los medios de comunicación hablan de asesinatos viles y cobardes, no andan descaminados, pues la actitud de dureza de corazones malvados e inhumanos, de ordinario, van acompañadas de actitudes de debilidad. Así en sus pretensiones de vencer y doblegar a los que consideran enemigos, ejecutan sus actuaciones más con seguridad que con honor, por eso huyen; y persiguen más el fin que la gloria, por eso tampoco les vemos sus rostros y se esconden.

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lunes, 1 de abril de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LA FIESTA DE LA PRIMAVERA


Francisco Calabuig - Almendro en Flor - www.galeriadeartelazubia.com

Artículo publicado en IDEAL: Ideal

Y en IDEAL EN CLASE: Ideal en clase

Me parece que ya de forma definitiva se ha asentado en Granada "La Fiesta de la Primavera", convirtiéndose en una costumbre, que como tal queda instituida y yo diría que institucionalizada en nuestra ciudad por la fuerza que genera el hábito. Creo, por consiguiente, que no surge ninguna fantasía en la imaginación humana, tan loca que no halle ejemplo en alguna costumbre pública. La fiesta en cuestión se trata de que miles de jóvenes provenientes de los más recónditos lugares de España y del extranjero se reúnen en plena vía pública, en este caso en el ‘botellódromo’, espacio que les ‘reserva’ el Exmo Ayuntamiento de Granada para ejercer la noble tarea de beber hasta reventar, en el que el alcohol y los decibelios son los grandes protagonistas de estas memorables jornadas.

Vaya por delante que el alcohol, como droga permitida, forma parte de la cultura de nuestros pueblos desde las civilizaciones más antiguas de la humanidad. De hecho, la antigüedad no criticó mucho el hábito ni la cantidad en su consumo, pues los escritos de varios filósofos hablan de él muy benévolamente; y hasta algunos, los estoicos, aconsejan que nos permitamos a beber a veces en exceso, hasta embriagarnos, para relajar al alma.

Un médico excelente, parisino del S. XV, llamado Jacques Duboix, decía que para evitar que se nos apoltronen las fuerzas del estómago, es bueno despertarlas una vez al mes con el exceso de vino y picarlas para evitar que se atrofien. Imagino que a este médico, debía gustarle el ‘alpiste’ al igual que a insignes personajes (científicos, artistas o literatos), que , incluso, cayeron en el alcoholismo, y que se encuentran en las biografías de los talentos más prodigiosos de nuestra historia. Bueno, incluso, no sé donde leí que los persas, después del vino, discutían sus principales asuntos.

Digo esto, porque no vaya a parecer que uno es ‘la vieja del visillo’ o el último defensor de la decencia de la moral de occidente de lo que voy a opinar a continuación sobre los millares de jóvenes que, con cualquier motivo o excusa, se reúnen para beber indistintamente cualquier tipo de bebida alcohólica, con un paladar tan poco delicado para degustarlas, que lo que hacen es tragar lo que les echen con tal de ‘cogerla’.

En primer lugar me parece muy bien que cada uno beba lo que le dé la gana hasta que le reviente el hígado, pierda el conocimiento, el dominio sobre sí mismo o sobre el cuerpo, siempre y cuando no se sea menor de edad. Por tanto me cuesta trabajo creer, vamos, que no me lo creo, que para justificar conductas de la permisividad con la que actúa nuestro Ayuntamiento, autorizando estas movidas, para beber en la vía pública de manera tan brutal, se ofrezca el dato (desconozco por parte de quién o quiénes), que tan sólo fueran denunciados 10 menores de edad. Como si se pudiera solicitar la identificación a 20.000 personas.

Tampoco me creo que fueran tan sólo 17 personas las que orinaran en la calle, lo que nos haría suponer que, independientemente de las bolsas con las litronas que cada uno de los asistentes debería llevar, portarían, igualmente, un orinal consigo, que irían vaciando en algún lugar acordado previamente con el Ayuntamiento. Podemos seguir hablando y debatiendo hasta el infinito sobre el tema, en cuanto a las toneladas de basura acumuladas, molestias ocasionadas a los vecinos, comas etílicos, la constancia que tienen una parte importante de nuestra juventud en empapar su estómago de alcohol etc.., sin que nunca llegáramos a un acuerdo.

En fin, eso son otros problemas que deberían ser tratados con más rigor por los expertos sobre este fenómeno de nuestra época denominado ‘botellón'. Pero, siendo todo muy importante, tengo que decir que me escandaliza y que no puedo llegar a entender como miles de granadinos se vieron enjaulados en la autovía, en donde los ocupantes de los vehículos se sintieron atrapados, indefensos y angustiados, bloqueando 6 kilómetros la circunvalación hasta las 11 de la noche, y a decir por muchos de estos damnificados llegaron a sentir miedo y en algunos casos auténtico pánico, pues de haberse producido un accidente o alguna circunstancia adversa como en el Madrid Arena, ahora estaríamos buscando responsables subsidiarios que, como es costumbre en este país, se esconderían de la peor de las maneras: culpando a otros.

No se puede permitir colapsar el tráfico de nuestra ciudad de mala manera y mucho menos provocar situaciones que pudieran poner en riesgo la integridad física de los ciudadanos. Las autoridades municipales deben ser profundamente celosas y poner todo su empeño, por encima de cualquier presión social, para garantizar la seguridad de la mayoría silenciosa, que clama impotente ante el desbarajuste, el caos y galimatías que se generan por falta de prevenciones a quienes corresponden.

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jueves, 21 de marzo de 2013 | Por: Pedro López Ávila

NUEVO FORMATO


Juanma y Alberto

Un buen día empujado por mi hijo, Alberto, alentado por mi amigo informático, Juan María Mouliáa y animado por el excelente pintor Andrés Rueda, me propusieron la creación de un blog, al que ya me había negado en reiteradas ocasiones, fundamentalmente, por los inconvenientes que conllevan el manejo de estas modernas herramientas tecnológicas, que no son ajenas a mi torpeza natural.

Por otro lado, pensaba yo, que toda la vida había vivido sin necesidad de contar extrañas intimidades públicamente en un medio como este y, a decir verdad, me había ido bastante bien. Por tanto, la idea no sólo me parecía alejada de mis costumbres y de mis principios, sino que iba a necesitar demasiado apoyo de terceros para llevarla a cabo, circunstancia que me parecía bastante enojosa, pues no hay cosa que más deteste que el necesitar a los demás para cosas poco importantes.

Al cabo de tres años, me he peleado con el ordenador, lo he maldito, me ha sacado de mis casillas, me he dado cabezazos, me ha quitado horas de sueño, me ha hecho un higa con el dedo índice y, por fin he llegado a la misma conclusión de mi hijo, Alberto: "no sé cómo te las arreglas que eres capaz de desarmar al WORD. Te pasan cosas que no le ocurren a nadie".

El caso es que en la actualidad, a pesar de todo, he encontrado en este blog una nueva forma de transmitir, de expresar opinión libremente, de obligarme a tratar temas de actualidad como me da la gana, de denunciar a los avariciosos, de reconocer a los desposeídos, de reconocerme mejor y de saber que desde cualquier rincón del planeta, al menos, pueden otros leer sentimientos, opiniones y comentarios de Arte y de Literatura (sin excesos de academicismos), que emanan del espíritu.

Hoy, al cambiar el formato (en el que no he colaborado en nada), confeccionado como han deseado tanto Juan Maria Mouliáa como mi hijo, Alberto, quiero expresarles a los dos, en esta primera entrada, mi gratitud; a la vez que deseo que tengan la convicción de que sabré valorar el cariño y toda la ayuda prestada en estas nuevas hechuras del blog para que siga "navegando" por la esperanza de la palabra.

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martes, 5 de marzo de 2013 | Por: Pedro López Ávila

LA INVOLUCIÓN DEL HOMBRE ACTUAL


ANTONIO CAPEL www.galeriadeartelazubia.com

Decía Plinio en su Historia Natural que no hay nada cierto más que la incertidumbre, y nada más soberbio que el hombre.

La facilidad y la bonanza económica de la que hemos venido disfrutando, durante mucho tiempo, no nos ha hecho reparar que no hay bien, ni razón ni gloria que no tenga siempre su contraria.

La facilidad y la permisividad en las familias y en la escuela ,con la que se han educado varias generaciones han dado como fruto la falta de esfuerzo y que en nuestros espíritus en momentos tan importante de nuestra historia, como los que estamos viviendo, se engendren hartazgo, poca capacidad creativa y generativa de ideas, y así, nos encontramos frecuentemente con gentes que, incluso conducen la vida pública, profundamente mediocres, torpes, toscos, estúpidos, cansados y medio atontados.

No hemos sabido transmitir que la dificultad es lo que da valor a las cosas conseguidas y que para superar las dificultades es necesaria la perseverancia, pues de lo contrario viviremos instalados más en la reivindicación que en la generosidad, en la exigencia que en la comprensión o en la indiferencia que en la crítica y autocrítica.

No hay nada que agudice más el ingenio que la dificultad y la escasez. Dos circunstancias que nos han llegado prácticamente de la noche a la mañana sin que haya existido más falta por nuestra parte que el jugar a ser todos ricos con poco esfuerzo. Juego que, sea dicho de paso, nos han enseñado los banqueros y el propio sistema financiero, con el apoyo y el ejemplo de nuestros dirigentes.

El propio sistema ha ido empujando al hombre a no saber distinguir lo prescindible de lo imprescindible, hasta tales extremos que hemos llegado a no valorar y pasar por alto todo cuanto está a nuestro alcance, para correr tras lo que no se tiene hasta alcanzarlo, y valorarlo sólo cuando se pierde. Ya lo decía Machado: "se valora lo que se pierde".

Y así, cuando perdemos la salud, tanto más fuertemente nos abrazamos a la vida con más apego y hasta esta se ve de otra manera, pues es la propia naturaleza la que se encarga de bajarnos del pedestal de barro; lo mismo sucede cuando vemos peligrar nuestros bienes y tememos vernos privados de ellos. Vamos, como si cuando muriéramos pudiéramos llevarlos adheridos en la caja de difunto.

El hombre actual ha llegado a tal estado de desajuste existencial, que cuando se ha visto privado de sus ficticias posesiones, pues en la inmensa mayoría de los casos pertenecía a la usura bancaria, no ha llegado a comprender el verdadero sentido de su existencia. se ha visto embargado por la angustia, la desesperación y la impotencia más extrema.

No nos han enseñado el sentido de la vida, del hombre y de su finalidad en el mundo; por el contrario, nos han dirigido por las veredas que conducen a la esclavitud de un sistema que hoy hace aguas por todas partes.

José Luis Pinillos, Miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas en su libro "La mente Humana" justifica que nuestra evolución espiritual se encuentra en estadíos muy primitivos y que nunca ha ido de forma paralela en su desarrollo a lo empírico y a lo tangible.

Cuántas cosas ven nuestras almas sin percibirlas, cuando tenemos la mente ocupada en asuntos plenamente relacionados con lo material, con lo racional y lo pragmático.

Hoy día, existen teorías que aseveran, que a pesar de los vertiginosos avances técnicos-científicos del hombre actual, su proceso involutivo es un hecho contrastable por su menor capacidad de adaptación al medio que es cada vez más lenta y menos intuitiva ante la adversidad.

Se ha llegado a decir que si pudiésemos extrapolar a un hombre de nuestra época, de un coeficiente intelectual medio, a la época clásica griega este sería el tonto del pueblo; y a la inversa, si viviera hoy entre nosotros un hombre con coeficiente intelectual también medio de la época helenística, sería el mayor de los superdotados.

No deja de ser una teoría, pero a mí me basta con acercarme a Demóstenes y compararlo con cualquiera de los parlamentarios del planeta para sacar mis conclusiones.

Claro, que ya hemos procurado que cuando se hable en la escuela de Demóstenes, Sócrates, Platón o Eurípides, por ejemplo, nos digan los alumnos que a ellos les trae al pairo esos tíos muertos.

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