sábado, 2 de febrero de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL ESCÁNDALO BÁRCENAS


VICENTE BURRELL.  www.galeriadeartelazubia.com

Cada día que pasa estoy más convencido que el hombre es un animal de tropa. Esa condición de vivir sujetos a los demás al precio que sea, nos hace más mal que bien.

Ahora le ha tocado al Sr. Bárcenas, al que han trincado. En 2007 llegó a amasar una fortuna de 22 millones de euros en las cuentas que tenía abiertas en la banca suiza. Casi nada. Eso es lo que sabemos hasta ahora; bueno, y que tenía diversas sociedades mercantiles en Argentina, que desconocía todo el mundo. Precisamente el que manejó las finanzas del P.P. durante dos décadas en España.

Ahora los de los ERES de Andalucía, o los del escándalo Millet, u Oriol Pujol de Cataluña, por poner algunos ejemplos "casi menores", dicen: pues anda que tú. Increíble, una vergüenza, pero por si había alguna duda, sale a la palestra el abogado y ex diputado del P.P. Jorge Trías y nos cuenta que en su época de parlamentario se abonaban sobres de hasta 10.000 eurillos como complemento del sueldo, según los cargos y responsabilidades. Pero, lo que parece aún peor es la aparición de unos cuadernillos manuscritos, que a decir por los expertos grafológicos se corresponden con la letra del Sr. Bárcenas, en donde existe una contabilidad doméstica de "haber", "debe" y "saldo". A mí entender, en el primer caso, creo que el Sr Trías podría haberlo dicho antes, pues yo pensaba que los diputados y funcionarios públicos cobraban nóminas por transferencia bancaria, que en la práctica es una manera más ordenada, racional y menos artificial, aunque sean sobresueldos como elementos compensatorios a la fragilidad de la maltrecha economía de nuestros políticos.

Por eso mismo, cuando decía anteriormente que el hombre es un animal de tropa, no trataba de buscar un recurso literario, ni por supuesto envilecer a ningún partido, ni siquiera al pueblo que votó al susodicho; me refería a la tropa que ahora no sabe nada de nada del Sr Bárcenas, pues algunos pudieran verse desmejorados, y así, de esta forma, la disciplina se hace más eficaz.

Por tanto, si recurrimos al refranero español de que "a caballo regalado no se le mira el diente", podremos inferir que nadie ha recibido gratificación alguna y lo único que nos quedará es que el "pobre" Sr Bárcenas ha evadido (siempre presuntamente, claro) capitales sin pasar por el fisco, y que cometió el cándido error de tener el dinero en bancos suizos, siendo cidadano español a todos los efectos.

Cuando Filipo Rey de Macedonia que gobernó desde el año 355 hasta 336 a. C. supo que su hijo intentaba ganarse la voluntad de los macedonios con presentes, le dijo ¿quieres que los súbditos te tengan por su tesorero y no por su rey? Si quieres atraértelos, atráetelos con los regalos de tu virtud, no con los regalos de tu cofre.

Yo creo que el Sr. Bárcenas, en este caso, como en otros muchos más que se están dando en nuestra patria, harían mucho bien (por decepcionados que se sientan los votantes de distintas formaciones políticas) en tirar de la manta, en abrir la ventana para que entre aire fresco a millones de personas y militantes muy honestos que se ven salpicados por conductas que los ruboriza, ante la impudicia de muchos que buscan el sacrificio exclusivo del que los ha favorecido, supuestamente, también inicuamente durante mucho tiempo.

Ya está bien de utilizar las leyes para llevarlas más allá de nuestras fuerzas y de nuestros medios y a la medida justa de los que las hacen; ya está bien que míseros ganapanes y lacayos sean revestidos de la autoridad y el respeto que nunca hubieran imaginado ni merecido, a no ser por su carnet de militancia política y de su condición de aforados; ya está bien de arroparse todos debajo de la manta y lanzar mensajes solapados para meternos el miedo en el cuerpo. ¡ Que daño ha hecho a este país la famosa frase de que el que se moviera no saldría en la foto!

El estado, sus administraciones territoriales y locales cada vez más nos empujan, nos coacciona y nos amenazan, para exigirnos que sus desproporcionadas tributaciones sean cumplidas en tiempo y forma; sin embargo, su laxitud en sus obligaciones contraídas de pago con las empresas contrasta de forma manifiesta.

Y no pasa nada. Ahora hay que desfallecer, rebuscando elementos de defensa ante presuntas situaciones de corrupción, mientras La Sanidad y la Educación tendrán que esperar mucho tiempo flotando continuamente en la tormenta del sinsentido, hasta que el sentido común se imponga a la ceguera de los que no quieren ver nada más que sus intereses particulares, ofuscados por la avaricia.

Con todas estas situaciones el pueblo español está furioso y fuera de sí, plagado de cicatrices de tanto transigir con las medidas de austeridad a las que se ve sometido. El odio se está apoderando del ciudadano contra una clase política incapaz de frenar manifestaciones, huelgas y disturbios callejeros cada vez más frecuentes, que en nada benefician la recuperación económica de España y nuestra reputación fuera de nuestras fronteras.

El Gobierno, no puede mostrarse titubeante creando las consabidas comisiones de investigación o auditorías y quedarse mirando el firmamento a la espera de los fallos judiciales, que tardan media vida en resolverse; hay que agilizar la justicia con la celeridad y contundencia que requieren las situaciones actuales (caigan quienes caigan), pues de lo contrario estaremos corriendo excesivos riesgos innecesarios en este puto mundo del pelotazo, la manipulación y la mentira.

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